LUZBY BERNAL

sábado, 31 de marzo de 2012

AÑADIDOS AL CUERPO DE CRISTO—LA IGLESIA (Hechos 2:41,47)


New post on EL NUEVO ORDEN MUNDIAL DE YAHWEH// blog del Apologista, Ingº Mario A. Olcese Sanguineti APO.21:5, JOB 34:13

AÑADIDOS AL CUERPO DE CRISTO—LA IGLESIA (Hechos 2:41,47)

by apologista

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Una de las verdades fundamentales de nuestra predicación es que nosotros debemos proclamar el evangelio a toda criatura, pues sabemos que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente, y luego a griego” (Romanos 1:16). Y Jesús dice que todo aquel que cree en el evangelio y fuere bautizado, será salvo (Mt. 16:16).

Tanto el eunuco etíope, como el carcelero de Filipos fueron bautizados después de creer en la Palabra predicada, que comprende a la persona de Jesús y su evangelio del reino (Hechos 8:12, 27-38; 16:31-33.

El bautismo se convirtió en una práctica y en una ordenanza obligatoria para todo cristiano convertido, y de hecho vemos que los que oyeron el testimonio valiente de Pedro en Jerusalén frente a sus paisanos judíos hizo que 3,000 de ellos fueran bautizados igualmente (Hechos 2:38). Y en su epístola, Pedro, sacando el ejemplo de Noé y de su bautismo en agua, afirmó que esta práctica ahora nos salva (1 Pedro 3:21).

Pero no solamente nos salva la conversión (Fe, arrepentimiento y el bautismo), sino que además nos hace posible que recibamos el Espíritu Santo de Dios. Así lo dice Pedro mismo en Hechos 2:38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y BAUTÍCESE cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

¿Y cuál es la razón y la importancia de recibir el Espíritu Santo? El apóstol Pablo lo dice muy hermosamente, así:

Efesios 1:13,14:

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.

Todos los que recibimos el Espíritu santo después de la conversión, lo recibimos como la arras de nuestra herencia de la posesión adquirida, y esto significa que somos los ungidos de Dios, pues así lo dice Pablo a los corintios:

2 Corintios 1:21,22:

“Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”.

Comparando Efesios 1:13,14y 2 Corintios 1:21,22 vemos que todos aquellos que hemos creído en Cristo y en su evangelio salvador del reino, hemos sido sellados (ungidos) con el Espíritu santo, el cual es las arras de nuestra herencia.

Además de todo esto, los que son bautizados, es decir, los que ya han creído en Cristo y en su evangelio o buenas noticias del reino, no sólo tienen el Espíritu Santo o el “ungimiento” sino que son parte del cuerpo de Cristo. En Hechos 2:41 leemos de los judíos que creyeron en el testimonio de Pedro y que fueron luego bautizados. ¿Y qué más dice el versículo? “…y se AÑADIERON aquel día como tres mil personas”. ¿Y a dónde fueron añadidos estos nuevos conversos?  La respuesta la encontramos en el verso 47, que dice: “Alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor AÑADÍA cada día a la IGLESIA los que habían de ser salvos”. Así que los 3000 bautizados judíos de la iglesia primitiva fueron añadidos a la iglesia de Cristo, su cuerpo santo.

¿Pero qué sucede con la apóstata secta de los Testigos de Jehová? Pues ocurre una aberración, pues aunque TODOS los Testigos de Jehová, tanto los que componen la llamada “manada pequeña” como los que componen las “otras ovejas” han pasado por el mismo único bautismo, sólo 144,000 personas de entre sus siete millones de bautizados/miembros han sido añadidas al cuerpo de Cristo, la iglesia, ¡más no así el resto no! ¿Pero puede alguien aceptar tan crasa apostasía? ¡Creo que no! Recordemos que sólo hay un bautismo en la Biblia, y ese solo bautismo nos añade a TODOS a un cuerpo, el  cuerpo santo de Jesucristo. Dice Pablo a los Efesios 4:5: “Un Señor, una fe, UN BAUTISMO”.

De modo que si usted se bautiza, usted es automáticamente añadido al cuerpo de Cristo, y ya se puede decir que usted tiene a Jesús como su cabeza, y como su hermano mayor. Esto lo hace a usted también un Hijo de Dios. Desafortunadamente, millones de Testigos de Jehová de la clase de las “otras ovejas” que ya se han bautizado no tienen ni la más mínima idea de que ya son parte del cuerpo ungido de Cristo, y simplemente se les ha engañado vilmente rebajándolos a la categoría de parias. Sólo reciben migajas y no los ricos potajes que están en la mesa del rey.

La Palabra de Dios  dice que la iglesia es la novia de Cristo. En Efesios, capitulo cinco, Pablo escribió sobre la relación matrimonial. El explicó que esta relación matrimonial es un paralelo con nuestra relación de Cristo (Efesios 5:32). Cristo es el novio y nosotros somos su novia.

En el mismo capítulo, el apóstol Pablo escribió a los esposos que amen a sus esposas "para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante (defectos)" (Efesios 5:26-27).

Un salmo que nos habla de la novia iglesia es el Salmo 45. Aquí se nos brinda una visión hermosa de Cristo y Su novia en su venida. Un gran matrimonio real está por ocurrir y el autor se encuentra “rebosando” de éxtasis y emoción indescriptibles: "Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy diestro. . ." (Salmo 45:1).

El hecho concreto es que el llamado “esclavo” de los Testigos de Jehová ha negado el derecho a millones de sus seguidores a ser parte de la novia de Cristo, lo cual es un peligro, ya que sólo a la novia de Cristo se le manda estar sin macha ni arruga, santa y purificada por la palabra (Efesios 5:26-27). A nadie más se le pide esta rectitud o impecabilidad de conducta, sino a la novia de Cristo. Si alguien dice no ser parte de la novia de Cristo, entonces el Señor no espera encontrar a esta persona en pureza y santidad de vida, sino en pecado o en desobediencia, lo cual le acarreará un duro castigo.

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