LUZBY BERNAL

viernes, 2 de marzo de 2012

EL JUGUETE EN LA HISTORIA DEL HOMBRE


EL JUGUETE EN LA HISTORIA DEL HOMBRE
Desde que existe el ser humano existe la motivación y la necesidad de buscar distracciones y divertimentos. Esto es mucho más común en la niñez. Para ello el hombre siempre ha buscado conformar objetos que ayuden a llevar adelante dichos objetivos. Con el tiempo, estos objetos también han logrado influir en el desarrollo intelectual y psíquico del niño. La niñez influye en el futuro de la persona, es en ese momento donde se configura la personalidad del hombre. La niñez, para bien o para mal, repercute sobre toda la vida del ser humano. Por ello es de vital importancia para el desarrollo del hombre su vida infantil. El juguete es un objeto de entretenimiento y de instrucción para los niños que muchas veces ayuda a desarrollar el pensamiento y la creatividad. Por todo esto es que el interés en los juguetes existió desde los mismos comienzos de la humanidad. Los niños de la antigua Roma ya jugaban a la taba. En la edad media los chicos se divertían con cochecitos, silbatos y maracas para hacer ruido, costumbre que se ha preservado hasta nuestros días. También hay ciertos elementos que nos permiten presuponer, dentro del continente americano, la existencia de diversos juguetes en la época precolombina. Desafortunadamente, los materiales con los que estaban elaborados estos últimos - cortezas duras de frutos, madera, palmas y otros productos vegetales.- no permitieron su conservación hasta la actualidad. Uno de los juguetes más arcaicos y populares fue el yo-yo. El constante subir y bajar de este juguete, al igual que el balero, ha cautivado al hombre desde los albores de la historia: si bien el primer registro concreto que se tiene del yo-yo corresponde a la Grecia del 500 A.C., donde mediante excavaciones se encontraron vasijas con el dibujo de un niño jugando con uno, se cree que este simple juguete data de la antigua China imperial. Los yo-yo eran construidos de madera, metal o terracota. El siguiente hito en la historia conocida del yo-yo se registra en 1790, cuando llega a Europa, y, desde allí, a América, convirtiéndose en un producto universal. Juntamente con esto, hay que destacar en la antigüedad la utilización de dos juguetes que prácticamente han compartido su historia con la del hombre: éstos son la pelota y la muñeca. Ambos juguetes han nacido con la humanidad, ubicándose entre los primeros juguetes de la historia del hombre, ya que se han encontrado registros sobre ellos desde épocas antiquísimas. • La pelota La mayoría de los pueblos de la Antigüedad usaron la pelota. En el año 1.400 A.C. los niños egipcios ya jugaban con ella, que era fabricada con papiro, caña, marfil, oro, arcilla o madera. En excavaciones en la antigua Troya se descubrieron pelotas grabadas en los vasos de bodas en que se representan distintos ritos nupciales de los griegos. También hay antecedentes de las tribus Celtas en las islas británicas, quienes usaban vejigas de cordero y cabras para jugar a algo muy parecido a lo que hoy llamamos fútbol. Sin embargo, la historia muestra que el juego de pelota más organizado se dio en las tribus del continente americano. Desde los esquimales hasta los Onas jugaban a la pelota, que se solía rellenar con arena, caucho o solamente con aire. Tanto diferentes pueblos europeos como precolombinos la utilizaron para esparcimiento, por deporte, y en diversos ritos religiosos. • La muñeca A pesar de los datos que se tienen sobre la pelota, la mayor antigüedad de la que se tenga noción en el rubro del juguete la atisbamos en las muñecas. Alrededor del 3.000 A.C. existían pequeñas figuras -hechas de arcilla, hueso y madera- usadas como símbolos míticos y religiosos de muerte y poder. A los niños de aquella época se les permitía jugar con ellas a pesar del valor ritual que poseían. También se encontraron datos sobre la existencia de este tipo de juguetes en el Polo Norte, donde durante siglos los esquimales fabricaron muñecas de marfil para sus hijos. Avanzando un par de siglos encontramos, gracias a diferentes excavaciones de donde se han rescatado elementos de la época romano-cristiana, una importante cantidad de muñecas de marfil y hueso. Con el paso de los años, las muñecas se sofisticaron. En 1810, se empezó a utilizar el papel maché para dar más naturalidad a sus cabezas. En 1830 se desarrollan las articulaciones de tornillos para darles movilidad y naturalidad. En 1860 aparece el primer bebé que se sienta. También aparecen otros materiales, como la gutta-percha, la porcelana glaceada, la goma y la cerámica. Las imperfecciones de los rostros se cubrieron con yeso primero y maquillaje después, dando lugar a la muñeca moderna. A principios del siglo XX se desarrollaron en los Estados Unidos bebés en serie y, tras ellos, todas las muñecas típicas de ese país: las de trapo, plástico, de vinilo, etc. se comenzaron a fabricar en cantidades industriales. Entre 1925 y 1945, la industria norteamericana de muñecas desarrolla modelos que abren y cierran los ojos, rodeados de largas pestañas; bocas abiertas que muestran pequeños dientes; dedos con uñas, etc., un avance continuo hasta llegar a las modernas muñecas de plástico y de goma que toman agua y luego mojan sus pañales. • Muñecos y soldaditos El primer muñeco con forma de animal fue fabricado a fines del siglo XIX. Se trató de un elefante verde producido por una costurera minusválida. En 1902 ya se comenzaron a fabricar en serie osos de juguete con articulaciones en las extremidades y cabeza movible, utilizándose por primera vez mohair (piel de cabra Angora), que, aunque encarecía los costos y por ende el precio final, elitizando el producto, daba a los osos mayor suavidad, siendo el preludio del peluche. Los soldados de juguete se fabricaron desde épocas remotas, llevando consigo una clara ideología militarista muchas veces traducida en nacionalismo. En el continente americano por ejemplo, se vuelven comunes a raíz de las distintas independencias nacionales. El respeto y la querencia hacia el ejército y la defensa del país es inculcado desde la más temprana edad en los tiempos de surgimiento de los estados a punta de bayoneta. Había entonces soldados de barro policromado, de plomo, de madera y hasta de plata para los más ricos. Los títeres también tienen siglos de existencia, en el siglo XVIII se hacían de barro o de madera -representando personajes populares o de teatro- y estaban fielmente vestidos, reflejando la vida real, mostrándose una vez más una de las características del juguete a lo largo de la historia, tratar siempre de imitar a la vida.
 El juguete suele ser considerado un objeto accesorio, un complemento en la vida de los niños. Sin embargo, no ha existido persona que haya crecido sin ellos. Aún los sectores más humildes, imposibilitados monetariamente de acceder a los juguetes del mercado, apelan al ingenio para crear juguetes propios con los materiales que tienen a mano. Barro, trapo, cartón, papel, fibras vegetales, madera, laca, plomo, cera, hojalata y alambre, son algunas de las precarias soluciones capaces de convertirse en objetos de divertimento infantil. Materiales que se prestan para la construcción de esta clase de objetos gracias a la imaginación y creatividad de los niños. La palabra juguete es un tanto heterogénea. Incluye en sí misma a una enorme variedad de productos -existen alrededor de 250.000 clases de juguetes diferentes- que se clasifican en centenares de categorías según los materiales utilizados en su fabricación (como plásticos, madera, metal, textil, papel, cartón, etc), según los mecanismos incorporados en los mismos (con movimiento, sin movimiento, eléctricos, a pilas, a resorte), según el proceso de producción (inyección de plástico, imprenta, etc.) que lógicamente influye sobre el producto final, y según el uso por edades. Una historia que los englobe a todos es prácticamente inabarcable, por lo que, al intentar desarrollar un análisis histórico del juguete, no hay otra opción que basarse en cuestiones generales respecto a su evolución. Obviamente, no se puede obviar que ciertos juguetes fueron verdaderos hitos populares y marcaron el rumbo de la industria jugetera, siendo imposible no referirse a ellos en su especificidad, por lo que apelaremos a ellas cuando lo requeramos. Las consideraciones acerca de los juegos varían. Por un lado es un instrumento de placer para el niño, y por otro, puede servir a propósitos educativos, llegando a tener gran importancia en el desarrollo de sus capacidades creadoras. Además, se lo considera un medio eficaz para el conocimiento de la realidad. En sus juegos, el niño refleja la vida que lo rodea, adquiere y precisa conocimientos. Por sus propias limitaciones técnicas, el juguete antiguo, precario si se lo observa desde la actualidad, permitía a la imaginación infantil complementarlo y darle sentido a su existencia dentro del universo de los juegos cotidianos, estimulando la capacidad creadora del niño. La ausencia de juguetes como los que ahora existen, la carencia de otros medios de diversión o entretenimiento como el cine y la televisión e incluso la limitada difusión de las prácticas deportivas, hacían que los juguetes populares tuviesen una mayor significación en la vida diaria de todos los niños de aquellos tiempos. Los juegos de los niños han estado determinados por los avances tecnológicos en la construcción de juguetes y por los cambios sociales y urbanísticos que han experimentado las ciudades. Así, antes era corriente ver a los niños jugar en calles y plazas al elástico, a la escondida o a la rayuela, pero hoy es común que esos juegos y otros como la taba, el balero y el yo-yo ya no sean tan populares como antaño, la televisión, el tráfico y la sobrecarga de tareas extraescolares, impiden que los chicos puedan seguir jugando en plena calle. Los tiempos cambian, las generaciones de seres humanos son distintas y los juegos que eligen los niños se relacionan con esos nuevos momentos de la humanidad. Los juguetes han experimentado grandes cambios, pasando desde los puramente artesanales, hechos con materiales de desecho por los propios niños o con materiales pobres, como el cartón o la hojalata, a los juguetes tecnológicos, que funcionan con microprocesadores. Pero hay algo que no varía: muñecos, autos, motos, talleres, cocinas, celulares, computadoras... casi siempre los juguetes tratan de imitar a la perfección el modo de vida y los objetos que interesan a los adultos. Actualmente, los juguetes preferidos han dejado de ser la pelota, los juegos de mesa o los muñecos que caminan... tampoco los soldaditos de plomo ni el Scalectrix. Hoy la electrónica a acaparado enormemente el mercado infantil con los videojuegos. Los niños pasan muchos menos tiempo en las calles junto a amigos que el tiempo que pasaba su padre o su abuelo, sus mejores amigos son la computadora y el Nintendo, que comparten con el niño horas diarias de placer y sonrisas.
Bob Frassinetti
• Los juegos de ingenio En 1762 desarrolló el primer rompecabezas. Un juguete que al poco tiempo dejó de ser exclusividad de los niños para transformarse a la vez en un juguete de adultos. Sin embargo, sólo lograron masificarse a partir de 1870. Los juegos de mesa, por el contrario, cobraron gran popularidad en Europa occidental, principalmente en Francia, durante el siglo XVIII, cien años antes que los rompecabezas y al igual que éstos se transformaron en juguetes tanto para grandes como para chicos. • Trenes y autos En 1927 aparece otro juguete que hizo historia: El primer vagón de metal, el famoso vagón rojo con el número 50 escrito en negro, que en un primer momento funcionaba con ruedas del mismo material hasta que años después comenzó a utilizarse caucho. En un principio eran totalmente rectangulares, por lo que lastimaban a los niños con sus puntas metálicas y filosas. Con el tiempo se comenzó a redondear los extremos para paliar tal inconveniente. La historia del juguete no puede escribirse sin hacer mención a los famosos “autitos”, la enorme popularidad obtenida por este juguete para diversas generaciones hace imposible pasarlo por alto. La primera partida de autos producidos masivamente, fue de la empresa Matchbox en 1952. En 1960 surgió la competencia: la empresa norteamericana Mattel introdujo su famoso "Hot Wheels Cars", una miniatura que tenía fricción en las ruedas. Esto motivó una vertiginosa competencia y evolución. Los "autitos" empezaron a tener pilas y a usarse con control remoto, se le instalaron luces, sirenas, ventanillas que se bajaban y puertas que se abrían. Los “autitos” siempre reprodujeron en miniatura a autos reales, muchas veces hasta en los más mínimos detalles, manteniendo la postura propia de los creadores de los juguetes durante toda la historia. Reflejar el mundo real, hacer un mundo en miniatura para pequeños hombres.
· El primer robot
En los años 50´ la industria del celuloide inundó el mercado con películas de ciencia ficción: monstruos, robots, viajes interespaciales daban un indicio de la modernidad que se iniciaba en el área de la ciencia y la tecnología. La industria del juguete no escapó a la nueva tendencia: en 1954 Estados Unidos dio a luz al primer robot, Robert. Inspirado en la película Tobor, el Fantástico, este juguete era de plástico, material sobre el que vale la pena detenerse un poco, ya que fue uno de los elementos revolucionarios más importantes en la historia del juguete.
Aparece en escena en los años 40´. Pero es en los 50´ cuando se generaliza en la fabricación de objetos para uso infantil. El plástico permitirá crear muchas formas diferentes y dará a los juguetes todo tipo de colores. En este sentido, podemos decir que con la aparición del plástico se inicia una nueva etapa en la industria jugetera.
Pese a que los primeros juguetes de plástico salen de las fábricas en 1950 (como el mencionado robot Robert) no se puede hablar del inicio de la nueva era del plástico hasta alrededor de 1960.
· Los mayores hitos del siglo XX
La década del 50´ fue sin duda alguna la más productiva en lo que respecta a la evolución de estos artefactos de uso infantil, los rumbos que iba a tomar luego la industria y el comercio tuvieron su punto de inflexión en esos tiempos. Es que además de la aparición de este nuevo material que era el plástico, a fines de la década del 50´ nacieron dos juguetes que marcarían una verdadera revolución y cuyos límites sobrepasaron la industria del juguete mismo, creando una industria paralela. Estos juguetes fueron Barbie y Lego.
La historia del Lego se inició dos décadas antes, en 1932, en un pueblo de Dinamarca. Pero fue recién a fines de 1949 cuando se introdujeron en el mercado pequeños bloques que, al unirlos, daban forma a construcciones. Nacía el principio de uno de los juguetes más recomendados por los especialistas, porque incentiva la creación dinámica al irse modificando la figura a armar cada vez que se desee. En 1958 fue perfeccionado en bloques más pequeños y de mejor encastre.
En 1959 nació Barbie. La primera Barbie juntó todos los ideales de la moda de la época: boca cerrada y seria, ojos bien delineados, pelo ondulado y un cuerpo perfecto. Desde entonces, la producción no ha parado y se le sumó un acompañante: Ken. En Estados Unidos el 90 % de las niñas tiene, al menos, un ejemplar.
EL PROCESO INDUSTRIAL
La fabricación de juguetes en gran escala comienza en la segunda parte del siglo XIX y se desarrolla en las primeras décadas del XX. Además, se empiezan a utilizar materiales más modernos, como la cuerda, que le permitía al juguete un movimiento propio. Se comienza a utilizar a la vez madera policromada, trapo y cera. El papel y el cartón fueron también materiales importantes en la fabricación de los juguetes.

Pero el verdadero cambio en el mundo del juguete lo marca el principio del siglo XX, cuando se toma conciencia que el juguete es también un medio pedagógico que servirá al niño para favorecer su inteligencia y facilitar sus estudios.
Durante más de tres décadas, y hasta la aparición del plástico, el juguete de la era industrial coexiste con el tradicional de carácter popular, hecho de barro, madera o papel.
En los años 30 se extiende la fabricación de muñecas de celuloide, higiénicas y lavables, con notable influencia alemana.

A principios del siglo XX, y coincidiendo con la fabricación de vehículos de motor, aparecen los juguetes de alta tecnología, que producen cierta pasividad en el niño, que sólo se dedica a observar o participar parcialmente.
Hasta mediados del presente siglo la producción se concentraba en los países de mayor consumo, como Estados Unidos o los países de la Europa Occidental. Luego de la Segunda Guerra Mundial, las principales empresas productoras relocalizaron sus plantas productivas en países con menores costos laborales para aumentar su rentabilidad. Los asentamientos productivos se reubicaron en un primer momento en Japón, luego, en los años 60, en Hong Kong, Taiwán y Corea y hacia finales de la década de los 70 en China, Malasia e Indonesia. Así, la producción se alejó progresivamente de los centros de consumo para ubicarse en zonas subdesarrolladas, con bajos salarios. Hoy, debido a esta causa, la producción mundial de juguetes se ha concentrado en Oriente, en especial en China.
Cuando la fabricación de juguetes se localizaba en los centros de consumo -hasta mediados del siglo XX-, la producción y el consumo de juguetes tenía las características de cada país y dependía, fundamentalmente, del grado de desarrollo de las economías locales. Concluida la segunda guerra mundial, los principales productores de Estados Unidos, en un principio, y algo más tarde los de Europa Occidental, comenzaron a buscar en el extranjero medios baratos de producción, principalmente debido al rápido crecimiento de los costos laborales que registraron estos países desde 1945. En aquellos años, Japón, un país de bajos salarios, comenzó a abastecer a estos mercados con juguetes de plástico con gran contenido de mano de obra.
En los años 60, cuando los costos se elevaron en Japón, tanto los productores estadounidenses como los japoneses establecieron sucursales en Hong Kong, Taiwán y Corea. De la misma forma, a fines de la década de los 70, la producción comenzó a relocalizarse en China, Malasia, Indonesia y Tailandia. La búsqueda permanente de localizaciones donde fabricar a menores costos parece ser una tendencia que persistirá en el futuro. Algunos países del este europeo y de América Latina se perfilan como posibles receptores de esta industria en el futuro.
En cuanto al consumo mundial de juguetes, en 1995, el mercado conformado por el segmento de juguetes tradicionales (sin tener en cuenta los juegos de video) era de más de US$ 45.350 millones. Números que hacen que los que se dedican a este comercio no se tomen los juguetes en broma.
En el plano americano, después de consumada la Conquista Española, vino la dominación colonial que duró varios siglos. Durante ese tiempo, la vida en el "Nuevo Continente" estuvo sujeta a una radical transformación, en la que intervinieron necesariamente las influencias llegadas del extranjero. Estas influencias procedían en su mayor parte de España, por el trasplante de un estilo de vida que tomaba cada día mayor dominio aquí; pero también se recibieron de otros países europeos, como Inglaterra, Francia, Portugal y Holanda.
Con los años, las artesanías advenedizas y las autóctonas que lograron sobrevivir y prosperar durante todo el tiempo de la Colonia –que fueron muy pocas-, estuvieron sometidas a una paulatina modificación y depuración de estilo, con ello también los juguetes, ya que eran –como ya fue descrito con anterioridad- artesanías.
Actualmente Latinoamérica continúa siendo un lugar de consumo de juguetes extranjeros. Los héroes son de importación, y los juguetes también.
CONCLUSIÓN
La historia del juguete está cruzada por la historia de la humanidad. El juguete es parte intrínseca de la historia del hombre. Se sabe que ningún juguete es capaz de sustraerse del contexto y de la época para la que fue creado. Es un elemento más de identidad de la vida social, capaz de aportar datos precisos sobre cualquier época o etapa histórica.
Con el paso del tiempo, éste deja de ser un objeto de placer para un niño para convertirse en un elemento arqueológico para estudios científicos o en objeto de gran valor para coleccionistas. La evolución del juguete está íntimamente relacionada con los avances tecnológicos y científicos que se fueron produciendo a lo largo de la historia. El proceso de industrialización de este producto fue tardío y vertiginoso. Sin embargo, rápidamente recuperó el terreno perdido y se transformó en una industria de punta con ganancias exorbitantes.
Los juguetes provocan en los niños sensaciones de las más diversas. Llegando a convertirse en un medio de aprendizaje y de conocimiento, mucho más allá del mero entretenimiento, también necesario en la niñez. La humanidad no ha tenido información casi sobre la vida del hombre sin juguetes. Este dato nos afirma la postura de que su necesidad para el desarrollo del niño es un pensamiento que recorrió al hombre durante toda su historia. Los juguetes son, a la vez, motivos de distracción para adultos envueltos en la vorágine de la cotidianeidad, principalmente los juegos de ingenio y de azar.
Es una herramienta más que posibilita la relación social entre los chicos y un desarrollo intelectual y creativo ideal en la temprana edad. La base del hombre adulto es su niñez, y en ella, el juguete cumple funciones esenciales.
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