LUZBY BERNAL

miércoles, 28 de marzo de 2012

El Poder de un Voto

El Poder de un Voto

 Blog » Pastor Otoniel Font

 Escrito por Pastor Otoniel Font el miércoles, 28 de marzo del 2012.

Hemos estado estudiando acerca de la vida de Jacob. Llega el momento en la vida de Jacob en que le corresponde regresar a su tierra. Jacob había salido con una promesa, y estaba de regreso con bendición, pero su corazón todavía estaba confundido. Todavía no había aprendido a depender completamente de Dios.
En Génesis 28, se nos narra cómo se le apareció Dios a Jacob. 
Dios se le aparece a Jacob en el peor momento de su vida, en medio de su mayor dificultad.
 Jacob estaba huyendo porque Esaú lo estaba persiguiendo para hacerle daño, pero Dios lo estaba buscando para bendecirlo.
¡Qué grande saber que, es cuando el mundo nos da la espalda, y en medio de nuestras peores circunstancias, que Dios se nos aparece!.
 No importa de qué problema estés huyendo, Dios te está buscando para bendecirte.
Jacob estaba en medio de una situación difícil. Estaba desesperado, sin nada, huyendo. Y tiene una visión en la que Dios le habla. La reacción de Jacob ante la promesa de Dios fue pedirle solamente comida, vestido y volver en paz.
La crisis se había metido tanto en el corazón de Jacob, que lo único en lo que él podía pensar era simplemente en comida, vestido y paz.
¿Cuántas veces hemos limitado el poder de Dios en nuestras vidas, teniendo los cielos abiertos?
Estamos tan deprimidos, tristes, frustrados por las circunstancias que Dios nos habla para que pidamos y creamos por cosas más grandes, para que nos levantemos y tengamos ánimo, y lo único que pensamos es en sobrevivir.
Si los cielos están abiertos sobre ti es para que pidas por cosas grandes.
Jacob le dijo a Dios que si le daba estas cosas que él le estaba pidiendo – comida, vestido y paz – él le daría el diezmo. Dios no tomó en consideración únicamente la petición de Jacob, sino que tomó en consideración el voto que él le hizo.
Cuando Jacob le hizo ese voto de diezmar, entonces fue como si Dios dijera: Ahora es que tú vas a ver lo que yo voy a hacer contigo. Jacob se comprometió a diezmar sólo por comida y vestido, pero por causa de ese voto, Dios lo habría de bendecir más allá de lo Jacob había pensado.
Uno de los principios más grandes que tienes que entender y recibir es esa promesa, ese voto, que le hacemos a Dios, cuando nos comprometemos con él en diezmar de todo lo que nos dé.
Quizás hoy no tienes mucho, pero tienes los cielos abiertos y tienes una promesa. Hazle un voto a Dios.
Jacob cometió el error de depender de sus habilidades para pretender alcanzar la promesa que Dios le había dado. Dios le había prometido a Jacob que él lo devolvería a casa de su padre en paz, pero cuando Jacob iba de regreso a casa de su padre, comenzó a enviar regalos tratando de calmar, y de poner en paz, a su hermano Esaú.
Tiene que llegar el momento en nuestras vidas en que podamos ampliar nuestros corazones a otro nivel, para vivir verdaderamente dependientes de Dios.
A veces, los mismos talentos que Dios nos ha dado, que en  un momento dado nos han servido, nos han funcionado y nos sacaron de algún problema, los hacemos nuestro Dios, en vez de confiar en el Dios que nos dio los talentos.
Tiene que haber un día en que nos rindamos delante de Dios y reconozcamos que nuestros talentos y habilidades llegan hasta cierto punto, y lo  que ahora le toca a Dios.
 
Si has llegado al punto en tu vida donde se te acabaron las ideas, se te acabaron los recursos y ya no sabes qué más hacer, dale gloria a Dios porque lo único que te queda es recostarte de Dios, agarrarte de Dios, depender de él.
Si todavía no has visto la promesa de Dios cumplirse en tu vida, haz lo que hizo Jacob. 
Jacob hizo dos cosas: le hizo un voto a Dios, y se agarró de él.
Aunque los problemas te hayan tirado al suelo, no dejes a Dios.
Se nos hace tan fácil dejar a Dios. Comenzamos a dejar de ir a la iglesia y, de alguna manera, desquitarnos con Dios, sin darnos cuenta que debería de ser al contrario. Cuando menos fuerzas tenemos en el mundo natural, es cuando más tenemos que depender de él, agarrarnos y no soltarnos hasta que él complete su obra en nosotros.
Es en ese momento en que tus fortalezas se convierten en tus debilidades, porque Dios se mete en esa debilidad y entonces puedes alcanzar la promesa de Dios y el destino que él tiene para tu vida. 
 
http://www.otonielfont.com

No hay comentarios: