Publicado 08/03/2012
Mundo Judío
Israel comienza
tras la caída del sol la jornada de Purim, el "carnaval judío",
en la que mediante disfraces y el alcohol los israelíes celebran
que se salvaron de ser aniquilados bajo el mandato del rey en
el Imperio Persa, hace más de dos milenios.
Tras semanas de lluvia, fuertes vientos e incluso nieve en
Jerusalén, la ciudad amaneció soleada, lo que animó a la gente
a salir a la calle con pelucas, disfraces y grandes dosis de buen
humor para disfrutar con alegría este día.
Si bien es una jornada laborable y los comercios y oficinas
permanecen abiertos, no faltan en las tiendas las caretas,
diademas exageradas y decoración colorida.
En las pastelerías y cafeterías se exponen en abundancia los
dulces especiales para esta ocasión, los "oznei Hamán" u
"orejas de Hamán", elaborados con una masa de margarina,
harina y azúcar con forma de triángulo y rellena de semillas
de amapola, dátiles, chocolate o pasta de sésamo.
"Purim es una festividad en la que los judíos se supone que
deben ser distintos: disfrazarse, estar feliz, beber vino y
sentirte no como tú mismo", declaró Osnat, cubierta con
una máscara burlesca y ataviada con una capa y disfraz
de vampiresa.
"Por la noche saldremos, nos divertiremos y beberemos",
explica sonriente y tocada con una diadema de princesa
Tslil Kleiman, de origen argentino residente en Jerusalén,
que añade que, para los niños "disfrazarse es como cumplir
sus deseos de lo que les gustaría ser".
Los más pequeños son los que más disfrutan esta festividad,
en la que participan de fiestas y desfiles vestidos de
superhéroes, princesas, animales, personajes de sus dibujos
animados favoritos o con originales disfraces difíciles de
identificar.
Los judíos más religiosos guardarán una jornada de ayuno,
acudirán
a la sinagoga a escuchar la lectura del Libro de
Esther y pronunciarán oraciones específicas para la ocasión, que celebra
la victoria de los judíos sobre sus enemigos en el Imperio Persa.
La casa y la mesa tienen que estar especialmente arregladas, los
fieles deben vestirse con las ropas del "shabat" (día sagrado de
descanso para los judíos, en el que se usan atuendos elegantes) y se ha
de practicar la caridad con los pobres.
El origen de Purim está en el relato bíblico, donde se cuenta
cómo Hamán, gran visir del Imperio Persa, pidió al rey
Asuero que matase a todos los judíos de su reino porque
no toleraba que Mordejai, padre adoptivo de Esther, no se
arrodillara ante él.
El Libro de Esther describe cómo esta mujer judía y
convertida en reina de Persia, ayudó a impedir la liquidación
de su pueblo después de que el visir convenciese al monarca
persa de que ordenase el exterminio de los judíos en su
territorio.
La reina intercedió ante Asuero, que autorizó a los judíos
a que se defendieran, gracias a lo cual el día fijado para su
ejecución, el 13 del mes hebreo de Adar, los israelitas
lograron derrotar a sus enemigos.
Según la narración bíblica, al día siguiente los judíos del
Imperio Persa celebraron su victoria y dieron a esa jornada
el nombre de "Purim", que significa literalmente echar a
suerte o sorteo.
El uso de disfraces para esta celebración no se impuso
hasta siglos más tarde, en la Edad Media, posiblemente
por la influencia del carnaval cristiano o de otras creencias.
Lo que sí tiene una justificación religiosa es el consumo
de alcohol durante la jornada, ya que la tradición judía
estipula que en Purim se debe beber "hasta que no se
distinga al bendito Mordejai (héroe del Libro de Esther),
del maldito Hamán", es decir, hasta estar ebrios.
EFE y Aurora
El origen de Purim está en el relato bíblico, donde se cuenta
cómo Hamán, gran visir del Imperio Persa, pidió al rey
Asuero que matase a todos los judíos de su reino porque
no toleraba que Mordejai, padre adoptivo de Esther, no se
arrodillara ante él.
El Libro de Esther describe cómo esta mujer judía y
convertida en reina de Persia, ayudó a impedir la liquidación
de su pueblo después de que el visir convenciese al monarca
persa de que ordenase el exterminio de los judíos en su
territorio.
La reina intercedió ante Asuero, que autorizó a los judíos
a que se defendieran, gracias a lo cual el día fijado para su
ejecución, el 13 del mes hebreo de Adar, los israelitas
lograron derrotar a sus enemigos.
Según la narración bíblica, al día siguiente los judíos del
Imperio Persa celebraron su victoria y dieron a esa jornada
el nombre de "Purim", que significa literalmente echar a
suerte o sorteo.
El uso de disfraces para esta celebración no se impuso
hasta siglos más tarde, en la Edad Media, posiblemente
por la influencia del carnaval cristiano o de otras creencias.
Lo que sí tiene una justificación religiosa es el consumo
de alcohol durante la jornada, ya que la tradición judía
estipula que en Purim se debe beber "hasta que no se
distinga al bendito Mordejai (héroe del Libro de Esther),
del maldito Hamán", es decir, hasta estar ebrios.
EFE y Aurora
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